Se denomina ‘Gota a Gota’, imita el sistema que usan narcos colombianos e implica el pago del mismo en forma diaria, semanal o mensual con intereses que quintuplican al de un banco. Está destinado a gente de bajos recursos y se expande en todo el norte del país. Hostigamientos, amenazas y hasta violencia para cobrarlos.
Dalma tenía 20 años y dos hijos. Se ahorcó en mayo en la pieza que compartía con sus nenes, de cinco y un año, en un asentamiento de la zona este de Tartagal (Salta). Estudiaba e intentaba ganarse la vida con un puesto de ventas. Tomó un préstamo de $15.000 para salir adelante, pero las condiciones que le pusieron los acreedores colombianos, con intereses usurarios y pagos semanales, la dejaron en la ruina. Extorsionada y con sus pequeños hijos amenazados, se quitó la vida.
Alexis tenía 24 años y vivía en Orán (Salta) con una tía que lo había criado desde los cuatro años. Se ahorcó en noviembre de 2016. En su celular quedaron grabadas las advertencias mafiosas y las fotos de dos colombianos que lo atormentaron con otro préstamo de dinero fácil.
El «gota a gota» o «pagadiario» es un sistema de créditos gestado por las «oficinas de cobro» que montaron en las décadas del 80 y 90 los carteles de la droga de Medellín y Valle del Cauca.
Inspirado en la mafia
Según informes de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), la operatoria que hoy tiene a cientos de familias de bajos ingresos y pequeños comerciantes esquilmados y amenazados todo el país, principalmente en el Norte del país. En sus inicios fue un mecanismo de financiamiento entre narcos que no tenían dinero suficiente para adquirir la cocaína y despacharla al exterior.
Hoy, aquel esquema que se inspiró en la mafia italiana, está expandido en Argentina y otros países de la región.
En agosto de 2017, en el marco de una cumbre de procuradores y fiscales desarrollada en Puebla (México), diez naciones de América Latina firmaron un acuerdo de cooperación en el que los préstamos «gota a gota» se consideraron entre los mecanismos que utilizan organizaciones criminales transnacionales para lavar dinero.
En Argentina, la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) emitió una serie de recomendaciones sobre los préstamos ilícitos por los que hay investigaciones abiertas.
El «pagadiario»
Los préstamos de dinero fácil que bandas extorsivas de Colombia exportaron a México, Brasil, Honduras, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina son considerados hoy una delicada asignatura que exige actuaciones coordinadas entre las fuerzas de seguridad, los organismos de control y los tribunales de Justicia para frenar la avalancha del «pagadiario».
Con cuatro años de demora por discusiones sobre la naturaleza y competencia de los delitos implicados, urgen intervenciones que separen la paja del trigo, porque el aluvión migratorio que empezó a manifestarse las provincias argentinas hace ya cinco años aún tiene confundidas a bandas de usura y extorsión con residentes colombianos que vinieron al país a estudiar o a emprender proyectos personales, familiares, laborales y empresarios lícitos.
Modalidad
comentarios
No puedes copiar el contenido de esta página.
Javascript no detectado. Se requiere Javascript para que este sitio funcione. Habilítelo en la configuración de su navegador y actualice esta página.