La depresión es una de las enfermedades más prevalentes de la época y la pandemia potenció la suba de casos. En la pospandemia también se registró un aumento de personas que hacen consultas por trastornos de ansiedad.
La pospandemia dejó muchas consecuencias no solo en lo que hace a la economía sino también respecto a la salud mental. Entre otras, se registra un aumento en la cantidad de casos de trastornos de ansiedad.
Jorge Guillen, médico psiquiatra, habló con Riojavirtual Radio sobre este tema y sobre la «nueva pandemia» que son los trastornos mentales. «La OMS había dicho que luego de la pandemia del COVID iba a venir otra pandemia que es la de los trastornos mentales. Ya hace 10 años la OMS había pronosticado que en 2020 la enfermedad más prevalente en el mundo iba a ser la depresión y la pandemia no hizo más que acelerar lo que ya se venía dando», afirmó.
Guillén comentó que con la llegada del coronavirus, en los consultorios se registró un incremento de consultas por trastornos de ansiedad.
«No hay nada que provoque más ansiedad que la incertidumbre y esto se dio mucho durante la pandemia. Acá encontramos personas con síntomas de agotamiento mental y un síntoma de esto es la incapacidad para disfrutar de las cosas, para sentir placer. Esto es un síntoma de agotamiento crónico quizá por tantos momentos de tensión que hemos pasado durante todo este tiempo por los cambios en nuestra rutina, la incertidumbre económica y las pérdidas de familiares. Podemos ver a una persona que no está llorando ni triste pero que no le encuentra sentido a nada. Y esto le pasa tanto a jóvenes como adultos», comentó.
El especialista recordó que la ansiedad «es un estado de alerta físico y mental para adaptarnos a los cambios y protegernos de posibles situaciones amenazantes, es un mecanismo de defensa del ser humano». «Es para ponernos en estado de alerta ante situaciones de riesgo y luego volver al estado basal de tranquilidad y ahora hemos pasado tres años en los que la tensión ha sido constante. Es un estado de trastorno de ansiedad generalizado y ese estado de alerta puede derivar síntomas físicos que se pueden transformar en estados de pánico», añadió.
A su vez, dijo que otra consecuencia de este estado de salud es que hay personas que no pueden dejar de pensar. «Hay personas que no paran de pensar, de estar preocupadas. Y no es un tema de voluntad, hay personas que a este estado de alerta mental no lo puede controlar», señaló.
En este punto, Guillén refirió que por la pandemia muchas personas, en especial los jóvenes, adquirieron el hábito de aislarse y no volver a relacionarse en forma presencial sino a través de las redes.
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