Se le atribuyen coimas y otras maniobras ilícitas en la adquisición de la imprenta Caligráfica Ciccone. Esta es la primera vez que un vicepresidente queda preso.
Luego de casi 7 años de que la Justicia fuera tras los pasos de Amado Boudou, investigándolo en el marco de la causa por la compra de la ex Caligráfica Ciccone, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 4 de la Capital Federal -integrado por los jueces Pablo Bertuzzi, Néstor Costabel, María Gabriela López Iñiguez y Jorge Gorini- decidió el veredicto tan esperado por el cual el ex vicepresidente quedó condenado a 5 años y 10 meses de prisión.
Cabe destacar que la pena máxima para el delito del que acusaron a Boudou -cohecho pasivo y negociaciones incompatibles con la función pública- es de 6 años. Además carga con una multa por 90 mil pesos y le impusieron una inhabilitación especial de por vida para ejercer cargos públicos. La prisión será efectiva de manera inmediata, al igual que en el caso de su amigo, José María Núñez Carmona (condenado a 5 años y medio), y del empresario Nicolás Ciccone (4 años y medio), en este último caso que cumplirá de manera domiciliaria.
Momentos previos al resultado, la defensa de quien fue el segundo de Cristina Kirchner pidió suspender el verdicto en la causa por la venta de la ex Ciccone, al argumentar que el presidente del tribunal que juzga al ex vicepreasidente, Pablo Bertuzzi, no podía intervenir.
De esta manera, el abogado Alejandor Rúa pidió suspender el veredicto al informar que apeló ante la Corte Suprema el rechazo a una recusación de Bertuzzi. Y dijo que esa medida tiene «efecto suspensivo», por lo que el presidente del tribunal no debería intervenir en el veredicto y pidió la suspensión, en referencia al magistrado.
Es que la Cámara Federal de Casación Penal ya rechazó el planteo pero el mismo fue apelado a la Corte Suprema de Justicia mediante un recurso extraordinario, lo que tendría efecto suspensivo y hasta tanto no sea definido el mismo. Poco antes, Boudou hizo uso de las últimas palabras: «estoy acá», dijo aludiendo a que la condena podría conllevar un pedido de detención tal cual lo pidió la UIF y negando que exista peligro de fuga.
«Hay un relato construido en este juicio, muchas cosas se desbarataron», dijo Boudou quien recalcó: «jamás negocié por mí o terceras personas el 70 por ciento del paquete accionario de Ciccone» y tras ello dijo que las acusaciones por cohecho y negociaciones incompatibles con la función pública no tienen ningún sustento.
«Los políticos que reciben transformar la libertad son perseguidos, primero por los medios y luego por la administración de Justicia», agregó Boudou, quien dijo que en este proceso se está «tomando revancha» en su contra por cambiar la política de las AFJP durante su gestión. «Quiero dejar este testimonio para todos los jubilados, para los niños, para todas y todos. La única verdad es la realidad», cerró el ex funcionario K.
Su amigo, el empresario José María Núñez Carmona también habló y dijo que es «descabellado» el pedido de detención en su contra hecho por la UIF al que tildó de «acto político». «Yo siempre estuve a derecho, me parece disparatado» remarcó el empresario, quien pidió al Tribunal que la detención al menos se lleve a cabo en caso de quedar firme la eventual condena en su contra.
También hablaron antes del veredicto el antiguo dueño de la empresa gráfica, Nicolás Ciccone; el exjefe de asesores de la AFIP Rafael Resnick Brenner; el exjefe de Gabinete del Ministerio de Economía Guido Forcieri; y el abogado Alejandro Vandenbroele
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