El economista Efraín Molina habló sobre el impacto de la escalada del dólar y dijo que la suba se trasladará a precios. «Lo que más preocupa es el nivel creciente de incertidumbre que hay», dijo el especialista.
La escalada del dólar en la Argentina genera incertidumbre en todos los sectores y en ese contexto el economista Efraín Molina habló con Riojavirtual Radio sobre una eventual dolarización de la economía, el plan económico que impulsa el precandidato presidencial Javier Milei para implementar en caso de ganar en las elecciones de octubre.
Para Molina, una dolarización de la economía no solucionará los problemas de la Argentina. «Dolarizar la economía, en términos simples, significa sacar los pesos de circulación y reemplazarlos por dólares. Y ahí tenés que determinar un tipo de cambio, porque dolarizar no significa una convertibilidad como en la década del 90 que fue el 1 a 1. Tenés que ver cuántos dólares tenés, cuántos pesos están en circulación y establecer un tipo de cambio», explicó Molina.
El especialista dijo que «la dolarización no resuelve los problemas de la economía argentina porque lo que va a traer, en teoría, como solución, es que se elimina el riesgo de una devaluación» «Al no emitir dólares, porque el único que emite es la reserva federal, no se puede devaluar la moneda. Es decir, se puede controlar, no emitir más vía Banco Central, para financiar el déficit del gobierno y utilizar una moneda fuerte, entre comillas pero la solución no pasa por ahí. Si miramos países vecinos, como Chile, Uruguay, Perú, Paraguay, Brasil, son todos países que tienen Banco Central, que tienen su propia moneda, que todas las transacciones las hacen en sus monedas y no tienen la inflación que tiene la Argentina», señaló.
Para Molina, «el problema no pasa por un Banco Central y por la emisión de moneda». «En el mundo todos los países tienen Banco Central. El problema es cuando tenés desequilibrio en las cuentas y recurris al Banco Central para que te financie en forma recurrente el déficit y este exceso de dinero que vas inyectando en la economía te va generando presión sobre los precios. Si la solución fuera tan simple, todos los países harían desaparecer su Banco Central, adoptarían otra monera y listo. No es tan simple dolarizar la economía y que por arte de magia la próxima semana somos todos felices», afirmó.
El impacto del dólar en los precios
Molina sostuvo además que cuando se produce una escalada en el dólar esa suba luego se traslada a precios. «Lo que más preocupa es el nivel creciente de incertidumbre y cuando se producen estas escaladas del dólar eso se traslada a precios. Y cuando ya se tiene un ritmo de inflación por encima del 100% y con un mayor castigo sobre los precios eso termina perjudicando a los estratos más bajos de la población porque los alimentos están aumentando por encima del 7,7% que fue el último dato de la inflación. Y eso significa que pega de lleno en la canasta de alimentos que necesita una familia tipo y eso es lo que más preocupa», indicó.
El economista subrayó que en el origen del problema de la economía argentina está la escasez de dólares, una situación «que se padece desde hace tiempo». «A ese nivel de incertidumbre creciente se suma el factor especulativo y eso genera un combo muy peligroso», añadió.
Además, sostuvo que la incertidumbre económica lleva a muchos ahorristas a retirar de los bancos sus depósitos en dólares por temor a un nuevo corralito motivado por la necesidad del Estado argentino de hacerse de dólares.
«Otras personas deciden estoquearse con la compra en cantidad de bienes de primera necesidad tales como aceite, azucar, yerba, fideos, arroz, entre otros. También hay que tener en cuenta que en algunos supermercados hay topes a la compra de estos bienes por persona», acotó.
Molina recordó que una de las primeras medidas a las que se comprometió la Argentina cuando firmó el acuerdo con el FMI fue equilibrar las cuentas. «El problema es que la Argentina no puede vivir permanentemente por encima de sus posibilidades, es decir gastar por encima de los ingresos. En algún momento tenés que acomodar tus cuentas, reducir paulatinamente ese déficit y a su vez ir equilibrando esas cuentas. Y rogar que al campo le vaya bien para que se puedan ir liquidando esas divisas y que no pase lo de la sequía que afectó a gran parte de la cosecha y eso significó la pérdida de unos 20.000 millones de dólares que podrían haber ingresado a las arcas del Estado», dijo.
En este punto, el especialista sostuvo que equilibrar las cuentas «son medidas antipáticas». «Lo que pasa es que tomar ese tipo de medidas siempre es antipático, nadie quiere pagar un costo político del ajuste, de equilibrar la cuestas porque eso significa que tenés que empezar a paralizar parte de la obra pública, empezar a restringir subsidios a diferentes sectores de la economía, ya sea empresas o consumidores. Y si a eso se suma que estamos en un año electoral, toda la situación se complica mucho más», concluyó.
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