El cruento asesinato del diputado riojano y su amigo Miguel Yadón tiene novedades. Es que de los 7 detenidos que tenía la causa, solo dos quedan privados de su libertad y procesados. Otros cinco recibieron falta de mérito.
Juan Jesús Fernández y Juan José Navarro Cádiz, los dos hombres que reconocieron haber estado en el auto de donde salieron los disparos que terminaron con la vida del diputado Héctor Olivares y su asesor Miguel Yadón, fueron procesados el viernes con prisión preventiva por homicidio agravado por alevosía y por placer.
Así lo decidió el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional n.° 16 que, además, dictó la falta de mérito para los otros cinco detenidos, según consta en un comunicado difundido por el Centro de Información Judicial (CIJ).
La investigación a cargo de la fiscal Estela Andrades, y en la que colaboraron la División Investigación de Homicidios de la Policía Federal y la Policía porteña, determinó que tanto Navarro Cádiz como Fernández fueron quienes se encontraban dentro del vehículo VW “Vento” –propiedad de Juan Jesús Fernández- desde el cual partieron los disparos que alcanzaron a las víctimas, mientras realizaban una caminata por la plaza del Congreso el pasado 9 de mayo, así como también que el arma homicida fue la pistola calibre .40 secuestrada en el domicilio de Navarro Cádiz.
Asimismo, se determinó que fueron cinco disparos en total, tres de ellos impactaron en el cuerpo de Yadón y uno en el de Olivares, tras lo cual los autores se marcharon del lugar. Navarro Cádiz partió a pie rumbo a su casa y en el trayecto descartó el arma en un cesto de basura, mientras que Fernández llevó su auto hasta un estacionamiento cercano.
El resto de los detenidos fueron dejados en libertad por falta de mérito. Se trata de Estefanía Fernández Cano, Miguel Navarro Fernández, Luis «Caraco» Cano, Rafael Cano Carmona y Castro Iglesias Montoya.
Sin bien la investigación todavía no logró responder cuál de los imputados fue el autor del crimen, sí se pudo determinar que «cada uno de los intervinientes realizó aportes necesarios para la ejecución del hecho».
En este sentido se calificó el ataque «como alevoso y traicionero» no sólo por el estado de indefensión de las víctimas sino también por comprobarse «que el arma homicida había sido previamente acondicionada con un dispositivo de mira láser que aseguraría a los agresores dar en el blanco».
Finalmente, se destaca que «no surge ningún motivo en particular que haya movido a los imputados a ejecutar el ataque armado contra Yadón y Olivares; en efecto, la investigación desarrollada indica que no habría existido relación o conflicto previo alguno. Es decir que el homicidio debió necesariamente responder al placer derivado de desahogar el instinto de matar sin motivo, o más bien por motivos banales, tales como probar el arma».
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