Su precio arranca en $670.000 la versión más económica.
Como se sabe, los SUV’s y crossovers son el tipo de vehículo que mayor demanda tienen en la actualidad, un fenómeno que se está dando a nivel mundial y que en nuestra región también se replica, desplazando a los más convencionales y tradicionales hatchbacks, sedanes y monovolúmenes. Las razones pueden ser varias: son productos aspiracionales, con una imagen aventurera –aunque también los hay más deportivos-, se destacan por su versatilidad para uso familiar y su mayor despeje representa una ventaja a la hora de circular por las maltratadas calles y caminos de la región.
Atenta a esta tendencia, Honda desarrolló en Brasil una variante crossover del Fit, que recibió la denominación WR-V y fue presentado en la edición anterior del Salón de San Pablo (2016). Dos años después, acaba de arribar a nuestro país, donde se posicionará por debajo del conocido monovolumen de la marca japonesa.
Estas son sus características principales:
Es un nuevo producto que tiene como particularidad haber sido desarrollado 100% en Brasil, tomando como base el Fit también fabricado en el país vecino, al que se le incorporó un look aventurero y otras modificaciones:
En el sector frontal se destacan los nuevos faros de diseño específico –con iluminación diurna de Led-, parrilla con aplique cromado en línea con otros vehículos de la marca y un paragolpes, también de diseño específico, con protecciones plásticas en su parte inferior. En los laterales cuenta con guardabarros y protecciones en plástico negro y barras de techo color aluminio. La parte trasera también se diferencia del monovolumen, con un remate completamente rediseñado con nuevos faros, portapatente ubicado sobre el portón y paragolpes con protecciones plásticas.
En cuanto a diferencias técnicas la WR-V dispone de un mayor despeje al suelo, otorgado por un nuevo sistema de suspensión con amortiguadores con topes hidráulicos, diámetro de cilindro reforzado y una barra estabilizadora reforzada.
En nuestro país se posiciona por debajo del Fit, por lo que es el modelo de entrada a la gama de la marca japonesa.
4.000 mm de largo, 1.734 mm de ancho, 1.599 mm de alto y 2.555 mm de distancia entre ejes. Capacidad del baúl: 363 litros, ampliable a 1.045 rebatiendo los asientos traseros.
Se comercializa en dos niveles de equipamiento (EX y EXL) con una única configuración mecánica.
La versión EX cuenta con climatizador manual, sistema multimedia con pantalla de 5″ radio AM/FM/USB/AUX/Bluetooth, volante multifunción, columna de dirección regulable en altura, levantavidrios y espejos eléctricos, dirección asistida, computadora de a bordo, control de velocidad crucero, tapizado de tela y sistema de rebatimiento de los asientos traseros Magic Seat (reclinables y bipartidos 60/40).
La versión EXL agrega sistema multimedia de 7″ digital compatible con Apple Car Play y Android Auto y navegador, climatizador automático digital, equipo de audio con 4 parlantes y 2 tweeters, tapizados y volante revestidos en cuero con doble costura en color rojo.
Para el nivel EX dispone de 4 airbags, frenos con ABS y EBD, anclajes Isofix y carrocería con tecnología ACE (Advanced Compatibility Engineering) y barras de protección en las puertas, mientras en el EXL cuenta con seis airbags (frontales, laterales y de cortina). A diferencia del Fit, carece de control de estabilidad (ESP).
Idéntica configuración a la del Fit 2019, con el motor naftero 1.5 i-VTEC que desarrolla 120 CV y 145 Nm de torque, acoplado a una caja automática CVT.
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