La intendenta pretende que la Casa Rosada le financie obras y mantenga recursos que le enviaba a su antecesor, Alberto Paredes Urquiza, pese a que hay un presidente de otro color político. Tere Luna intenta ser el nexo político.
La intendenta Inés Brizuela y Doria sabe que la luna de miel que el municipio capitalino tiene con el gobierno provincial que le está cubriendo con fondos por ejemplo el pago de los PEM, no será eterna.
Es por ello que para evitar que le estalle el Palacio Ramírez de Velasco la intendenta buscará establecer vínculos con Nación, a través de una de sus funcionarias, con pasado kirchnerista, hablamos de Teresita Luna.
El objetivo es que Nación le financie obra pública y le mantenga los ATN de entre 10 y 12 millones mensuales que recibía su antecesor, Alberto Paredes Urquiza, de Mauricio Macri.
Pero la situación es distinta. Alberto Paredes era aliado de Macri y ahora Inés Brizuela y Doria no lo es del nuevo presidente Alberto Fernández. De hecho su socio político el senador Julio Martínez es uno de los férreos críticos del peronismo/kirchnerismo.
Semanas atrás, el gobernador Ricardo Quintela sostuvo que la provincia no se podrá hacer cargo por siempre de los déficit municipales y ello activó las alarmas en el municipio, que salió a la búsqueda de fondos.
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