Así lo indicó el Centro de Economía Política Argentina (CEPA). «La principal forma (a nivel país) en la que los varones ejercen violencia económica es a través del incumplimiento de la cuota alimentaria «, sostuvo el centro de estudios.
La violencia de género puede suceder de muchas formas y en distintos aspectos de la vida cotidiana, no sólo a nivel físico sino también psicológico, laboral e incluso patrimonial. El incumplimiento del pago de la cuota alimentaria de los hijos en el caso de parejas que se separan es «la principal forma en la que los varones ejercen violencia económica«.
Así lo asegura un informe del Centro de Economía Política Argentina ( CEPA), que demostró que el 36% de las denuncias contabilizadas por la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) en 2020 corresponden a violencia económica y patrimonial. Puede suceder cuando una pareja o familiar le niega a una mujer o persona trans su derecho al trabajo, a disponer de su dinero, o no cumple con los deberes alimentarios que corresponden cuando ella es la cuidadora de los hijos de ambos.
«La principal forma en la que los varones ejercen violencia económica o patrimonial es a través del incumplimiento de la cuota alimentaria y/o la división del patrimonio común posterior a la disolución de pareja«, sostuvo el centro de estudios.
Se considera que estas situaciones son parte de la violencia doméstica y de género porque «la falta de recursos económicos hace que muchas mujeres permanezcan en situaciones de violencia psicológica, sexual, simbòlica, física«, al no poder independizarse y salir de esos entornos, explicó CEPA.
Según indicó el organismo, «cuanto mayor sea la dependencia económica de la víctima respecto del agresor, menores serán las posibilidades que tendrá de salir del círculo de la violencia». La violencia económica y patrimonial afecta en especial a mujeres mayores que no están jubiladas y/o no cuentan con ingresos propios, y también está muy presente en madres que no reciben la cuota alimentaria correspondiente.
En Argentina, 85% de los hogares monoparentales, es decir, en los que vive sólo un adulto con menores, están a cargo de una mujer. De esto se puede concluir que, cuando hay una separación o divorcio, los hijos mayormente se quedan con la madre.
Sólo 1 de 4 mujeres que no convive con el padre de sus hijos percibe cuota alimentaria, con lo cual este problema de violencia económica está muy extendido.
Las familias monoparentales constituyen el 13% del total de hogares del país. Las familias extendidas con hijos son el 11%. En estos porcentajes se encuentran madres que, frente a las dificultades económicas y de tiempo que implica la crianza, conviven con sus propios progenitores u otros familiares.
Algunas formas de ejercicio de la violencia económica pueden ser la limitación o control de tus ingresos por parte de una pareja o familiar, que te paguen un salario menor por igual tarea dentro de un mismo lugar de trabajo y que destruyan tus objetos y documentos personales, de acuerdo a la Ley N° 26.485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres menciona como
Es violencia de género económica cuando:
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