El fuerte viento zonda que cruzó la ciudad este martes solo dejó mugre, personas con la presión alta y mucho polvo en suspensión, además voladura de techos de chapa y nylon en casas de distintos barrios periféricos, entre otra serie de inconvenientes.
Como es costumbre en nuestro ámbito, volvió a llover a la riojana; es decir, tierra. El fuerte viento zonda que cruzó la provincia de oeste a este y de sur a norte provocó varios problemas.
En la siesta-tarde de este martes, en la capital, los automovilistas debieron encender las luces de posición, especialmente en avenidas y rutas, porque la visibilidad -por efecto del polvo ambiental volátil- se redujo drásticamente.
Los pacientes cardíacos y con problemas de tensión arterial debieron extremar su cuidado preventivo y, como ocurrió en tantas otras ocasiones, se produjeron voladuras de techos de nylon y chapa en una decena de barrios periféricos de la ciudad.
En ese marco, se activaron los servicios de ayuda por parte de Defensa Civil tanto municipal como provincial, para ayudar a las familias damnificadas.
En general, en distintos sectores de la provincia, el fuerte zonda que sobrevoló la superficie llegó a experimentar ráfagas cercanas a los 80 kilómetros horarios, según s informó desde el Servicio Meteorológico.
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