La relación de la Provincia con la Nación suma nuevos capítulos y nadie sabe cómo termina esta historia. ¿Hasta dónde se puede tensar la cuerda? La semana matemática no es lo mismo que la semana política. Ganancias no es un problema para La Rioja.
Si se lo analiza matemáticamente, esta fue la mejor semana en la relación entre el Gobierno provincial y la Nación: hubo tres encuentros formales entre autoridades del Estado federal y referentes provinciales del máximo nivel. Sin embargo, la matemática es una ciencia exacta, la política no.
Por una parte, el ministro de Justicia, Miguel Zárate,compartió un encuentro del Consejo de Seguridad con Patricia Bullrich, y su par de Hacienda, Jorge Quintero, mantuvo una reunión con el secretario de Hacienda nacional, Carlos Guberman. Finalmente, la vicegobernadora Teresita Madera representó a la provincia ante el Jefe de Gabinete y el Ministro del Interior en la promocionada foto en la “Casa Rosada”.
En la reunión del área económica se confirmó que los fondos docentes que aportaba Nación no se enviarán (no se pagará más el Incentivo docente ni el Fondo compensador) y que en el caso de la obra pública se retomará, pero el segundo de Nicolás Caputo no precisó ni plazos ni montos ni cuál será el criterio para esa reactivación.
“No tenemos ninguna certeza. Nos volvimos con gusto a poco”, dijo el ministro de Hacienda, Jorge Quintero, en el cierre de la semana en “Riojavirtual Radio”.
Mientras que en la reunión de gobernadores y vices con Nicolás Posse y Guillermo Francos, el debate giró en torno a volver a impulsar la sanción de la Ley ómnibus que fracasó el mes pasado, la relación entre las Provincias y la Nación, el impuesto a las Ganancias y los recursos que se envían a las cuentas provinciales.
La clave está en que para poder llegar al “déficit cero” la Nación necesita un ajuste equivalente aproximadamente al 5% del PBI y para ello precisa sancionar el paquete fiscal que quedó trunco.
Esta semana lo explicitó el informe semanal de la Fundación Mediterránea. “Ya sea que el Gobierno nacional apunte a un superávit primario de 1,5% o 3% del PBI para este año (el segundo implica equilibrio financiero), en cualquier caso, significa un gran esfuerzo de consolidación fiscal entre 2023 y 2024, de 4,4% y 5,9% del PBI, respectivamente. Dada la magnitud del ajuste necesario, no alcanza sólo con recortar el gasto, de modo que se requiere complementar con otras posibilidades. O bien aumentar los recursos, preferentemente con impuestos poco distorsivos, o si es con impuestos muy distorsivos (PAIS), que sean realmente transitorios, o lograr que las provincias también ajusten sus erogaciones, de modo que necesiten menos transferencias discrecionales desde el gobierno federal, y así alivien, por esta vía, el gasto nacional”, planteó.
Traducido: necesitan aumentar los ingresos. O lo hacen reduciendo todavía más los envíos a las Provincias y el gasto del Estado nacional en jubilaciones y sueldos o incrementan impuestos para tener más recursos.
El “Pacto del 25 de mayo”, la Ley ómnibus o el DNU todo es parte del mismo debate. El Gobierno nacional necesita apoyo parlamentario para avanzar con su programa, a cambio ofrece modificar el monto mínimo del impuesto a las ganancias que es coparticipable en su mayor composición.
En ese punto La Rioja cuenta con una “ventaja”. Se estima que 800 mil personas volverían a pagar ese impuesto en caso de aprobarse en los términos que impulsa la “Casa Rosada”, pero como en la Provincia los ingresos personales están entre los más bajos del país aplicar ese gravamen afectaría a muy pocas personas. Volver a imponer ese impuesto implicaría ingresos de recursos a las arcas provinciales y a muy bajo costo económico para losempobrecidos bolsillos riojanos.
Aunque no lo reconocerán públicamente, en el Gobierno provincial claramente hay dos lecturas contrapuestas. Hay quienes creen que es necesario “tender algún puente” con la Nación y quienes sostienen que los “gobernadores que son amigables” tienen los mismos problemas de recursosque La Rioja.
La presencia de figuras destacadas del kirchnerismonacional en el acto de apertura de sesiones de la semana pasada fue una imagen que dentro del propio peronismo riojano trajo algún ruido. En el Justicialismo hay dirigentes que creen que existe “un cambio de aire” a nivel país, y que quizás es hasta más profundo que en el 2015 cuando el macrismo llegó al poder.
En este punto hay que ser claro, quien está más convencido de confrontar con el Gobierno nacional es el propio Ricardo Quintela. El mandatario provincial tiene una certeza ideológica y política de que debe estar en la vereda de enfrente del modelo libertario.
Esta semana fue el primero en decir en medios de comunicación nacionales que no iría al encuentro convocado en la “Casa Rosada”. Sin embargo, 24 horas antes de la reunión se tomó la decisión de que concurra la vicegobernadora Teresita Madera, en un claro gesto de intentar distender el vínculo y estar presentes en la foto que necesitaba el Gobierno nacional.
La “Libertad Avanza” ingresó en una etapa de explícitanegociación política, en un “toma y daca” del más tradicional dentro de la política argentina, una estrategia que los libertarios denostaron en su campaña presidencial. Están negociando con “la casta” y lo que pasó esta semana va en ese sentido, con lo cual senadores y diputados nacionales vuelven a tener un valor especialmente importante.
Pero todavía hay muchas dudas. ¿Hasta dónde realmente están negociando o es solamente una foto? ¿Habrá más recursos para las Provincias? ¿El presidente seguirá siendo tan agresivo con los mandatarios provinciales y legisladores a través de las redes sociales o cederá en pos del apoyo que necesita en el Congreso?
Hace un par de semanas trascendió que el Fondo Monetario Internacional estaba preocupado por la sustentabilidad política del ajuste que llevaba adelante la actual gestión presidencial y en la semana que pasó lo ratificó la vocera del organismo. Dicho de una manera más directa: hasta dónde tendrá respaldo en el Congreso y en la Justicia aplicar un plan económico que llevará a cero el déficit fiscal a costa de licuar el poder adquisitivo de jubilados y trabajadores asalariados.
En ese mismo sentido, el periodista Carlos Pagni explicó esta semana en el diario “La Nación”: “Milei necesita dar una señal de orden político. Demostrar que cuenta con una fórmula de poder. Para él es importante hacerlo ahora, cuando la marcha hacia la normalización económica se aproxima a la zona más riesgosa: la licuación de las jubilaciones y la remoción de los subsidios energéticos. La prueba de fuego del ajuste fiscal aún está por llegar. El verdadero rostro del gobierno de Milei se conocerá cuando haya atravesado esos desafíos”.
Ningún dirigente provincial con cierta relevancia y poder de decisión se anima a decir dónde estaremos dentro de un par de meses. Es más, quizás ninguno tenga certezas de lo que ocurrirá en las próximas semanas.
La política argentina siempre fue dinámica e intensa, pero lo ocurrido en los primeros 90 días de gestión del presidente Javier Milei no se observó antes. En ese sentido, no está claro cómo continuará este novedoso proceso, que no tiene antecedentes históricos que permitan realizar una analogía con cierto nivel de expectativa sobre su validez como mecanismo de análisis.
Nunca habíamos visto desde el retorno de la democracia un Gobierno provincial riojano enfrentado en estos términos judiciales y políticos con una “Casa Rosada” de otro signo político, jamás un dirigente tan disruptivo en lo comunicacional y político como Javier Milei había llegado a la presidencia de la Nación y no hay antecedentes de una realidad política en la cual el Fondo Monetario Internacional le pida a un Gobierno argentino que morigere el impacto de su ajuste sobre los jubilados y los sectores más carenciados (los está corriendo por izquierda el FMI).
La canción de “La Bersuit” que da origen al título de este texto dice en su letra: «Un pacto para vivir, odiándonos sol a sol, revolviendo más, en los restos de un amor, con un camino recto a la desesperación. Desenlace en un cuento de terror».
¿Cuál será el desenlace de esta historia? Hoy no lo sabe nadie. La misma banda tiene otra canción que se llama “Se viene el estallido”. Veremos cuál de las dos opciones musicales se impone en el ranking de las próximas semanas.
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