Se vienen las cenas del 24 y el 31 donde suele abundar la comida en las mesas familiares. La nutricionista Sofía Reinoso dio algunas recomendaciones sobre qué y cómo consumir los platos navideños para evitar problemas en la salud digestiva.

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Las cenas de Nochebuena, la de Año Nuevo y las comidas de los días siguientes -24 y 1 de enero- suelen caracterizarse por una gran variedad de comidas en las mesas familiares, acompañados de postres, pan dulce y demás golosinas que acompañan esas veladas de fin de año.

Frente a esto, es importante evitar los excesos con las comidas para ahorrarse algún malestar estomacal o descompostura como consecuencia de una ingesta de alimentos mayor a la habitual.

Por eso, la nutricionista Sofía Reinoso, habló con Riojavirtual Radio y brindó algunos consejos para pasar unas buenas cenas de fin de año y evitar esos problemas en la salud.

«Hay gente que el 24 y el 31 come muy poquito durante el día, o casi nada, para luego comerse todo en la mesa navideña o de fin de año. Eso no es aconsejable. Esos días hay que desayunar, almorzar y merendar como cualquier otro día, no es bueno saltarse esas comidas. De esa manera, a la noche llegamos con un hambre de conciencia de lo que quiero comer y no desbordado porque estuve todo el día sin comer y veo la mesa gigante llena de comida sin saber por donde empezar», sostuvo.

Reinoso recordó que el estómago «es un músculo que mientras vamos comiendo se va llenando o agrandando y eso llega a un punto en que el cerebro nos da la señal de que ya estamos satisfechos». «Para que eso ocurra tenemos que darle su tiempo, la persona que va y se come todo de golpe no le da tiempo a su cuerpo que se adecúe a eso, no le damos al cuerpo el tiempo para que llegue a sentir esa saciedad», explicó.

La nutricionista recomendó que en la mesa navideña o de Año Nuevo, lo ideal es «armar mi plato,
una porción de cada cosa, veo, elijo». «Hay que pensar que estas comidas van a estar el 24, el 25, el 31 y el 1 de enero. Hay que comer despacio, no llenar el plato, no servirse comida ‘por las dudas’ se termine y yo no alcance a probarlas», añadió.

Reinoso también aconsejó aplicar el mismo criterio aplicar con los postres y las cosas dulces que suelen consumirse ya iniciada la madrugada del 25. «Si cenamos temprano, alrededor de las 22.00, se puede luego picar algo de todo esto, pero no todo junto, algunas cosas las podemos comer al día siguiente, podemos dejar el pan dulce, por ejemplo, para el otro día», indicó.

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