La razón es que las autoridades municipales no cuentan con decibelímetros, informó el edil Diego Narváez. En esa línea, indicó que la ordenanza explicita que el vehículo se retenga y se obliga a colocar un escape original para recuperarlo.

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Quienes viven sobre calles o avenidas muy transitadas en la Capital riojana saben que en cualquier momento podrán ser perturbado por un caño de escape libre o modificado de una moto o un auto en un claro ejemplo de contaminación auditiva. Si pasa por el lado de uno incluso puede dejarte aturdido por unos segundos.

Es por ello que en 2018 se aprobó una ordenanza según informó a Riojavirtual Radio el concejal Diego Narváez que los prohibe, pero pese a estar en vigencia nunca se aplicó, es decir que nunca se controló esta cuestión.

«Necesitamos que se regularice y se aplique la norma, porque sino es letra muerta» dijo el edil que dio a conocer la insólita situación por la que esto no se controla: «el municipio no cuenta con decibelímetros».

Seguidamente, Narvaez explico que «la contaminación sonora implica una multa y secuestro del vehículo que incluye obligación de colocar el escape original para poder retirar el rodado, pero se imposibilita su aplicación por falta de decibelímetros».

Es por ello que adujo que se está gestionando ante autoridades provinciales la obtención de al menos 4 de estos productos para que sean donados al municipio.

Conversar en la vía pública sin tener que frenar la comunicación cada cinco palabras y esperar que pase la bendita moto o auto es una utopía por el momento en la Capital riojana.

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