La Cámara alta desechó el proyecto aprobado en Diputados sobre interrupción voluntaria del embarazo. Fue por 38 votos en contra y 31 a favor. Julio Martínez, Inés Brizuela y Doria y Carlos Menem votaron rechazando el proyecto. El aborto legal será un tema de campaña en 2019 en las elecciones presidenciales.
El aborto legal tendrá que esperar. Por 38 votos negativos, 31 positivos y dos abstenciones, el Senado estampó su sello “celeste” y sepultó el proyecto aprobado en la Cámara de Diputados, en una jornada histórica marcada por masivas movilizaciones a favor y en contra de la ley de interrupción voluntaria del embarazo, que tendrá una nueva oportunidad recién en 2020, con la próxima renovación parlamentaria.
Tras un debate plano y sin fuertes cruces, que duró más de 14 horas, la Cámara alta rechazó la iniciativa reclamada por el movimiento feminista desde hace décadas, que habilita el aborto hasta las 14 semanas de gestación e inserta la práctica en el sistema público de salud. El lobby eclesiástico jugó todas sus cartas y los intentos del sector “verde” por introducir modificaciones para “salvar” la ley naufragaron en la votación en general.
Es que la “ola celeste” arrasó en los días previos a la sesión, con la definición de varios indecisos en contra de la ley. El último en confirmar su voto negativo fue el exgobernador tucumano José Alperovich (Justicialista), quien formuló breves declaraciones al ingresar al Palacio y se anotó en la lista de oradores para exponer en el recinto, pero luego se bajó.
Lucila Crexell (Movimiento Popular Neuquino) concretó la abstención que había anunciado y se le sumó el santafesino Omar Perotti (Justicialista). Ninguno de los dos senadores logró colar en la discusión su proyecto de despenalización. La puntana Eugenia Catalfamo -compañera de bloque de Adolfo Rodríguez Saá- fue la única ausente, pues está de licencia por embarazo.
El resultado de la votación dejó a los senadores “verdes” sin posibilidades de introducir modificaciones consensuadas en el articulado, con el fin de devolver el proyecto a la Cámara de Diputados. Hubo algunas negociaciones de último momento para avanzar, al menos, con la despenalización del aborto, pero el intento ya había sido desactivado por el propio Miguel Pichetto.
El clima de la sesión fue totalmente opuesto a la estruendosa marea de gente que rodeó la Plaza de los Dos Congresos. Con su protocolo habitual, el Senado llevó adelante un debate acartonado, sin sobresaltos. El tono de la discusión solo subió con algunos pocos discursos.
Pichetto destacó la decisión de Mauricio Macri de abrir el debate, pero cuestionó: “La opinión del presidente no puede ser abierta frente a una decisión de esta naturaleza. Debería haberse comprometido a que esta ley saliera, así la Argentina sería un poquito más justa”.
Uno de los discursos más esperados del debate por el aborto legal era el de Cristina Kirchner, que habló minutos después de la 1 de la madrugada del jueves. La expresidenta ratificó su voto a favor y aclaró: “Yo siempre he votado por la vida, y he gobernado por y para la vida”.
La senadora del Frente para la Victoria-PJ confesó que no fue su hija Florencia quien la hizo cambiar su posición sobre la ley de aborto: “Las que me hicieron cambiar de opinión fueron las miles y miles de chicas que se volcaron a la calle. Verlas criticar pero también describir la realidad de una sociedad patriarcal nos debe colocar a todos en un lugar distinto”.
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