COPA ARGENTINA. ANTE UNA MULTITUD, BOCA PASÓ A OCTAVOS EN LA RIOJA

junio 08 20:42 2022 Imprimir noticia

Unas 25 mil personas dijeron presente en el Estadio Carlos Augusto Mercado Luna. El xeneixe venció a Ferro con un gol de Villa. En ese contexto, desde el gobierno destacaron el operativo de seguridad y lo tildaron de «exitoso».


El Boca de Bianchi, el equipo más exitoso de la historia del fútbol argentino, tenía una característica que los demás odiaban: ganaba cuando merecía ganar, cuando merecía empatar y a veces hasta cuando merecía perder. Siempre sacaba un poco más. Este Boca de Battaglia, lejano a aquél de su maestro, comparte sin embargo aquel sello: puede jugar mal o bien pero gana. Y gana. Y gana. La Copa Argentina, el torneo local, en los 90 o por penales.

En los últimos partidos, había acostumbrado a sus hinchas a un funcionamiento. Mostraba una idea, una autoridad, un protagonismo. Contra Ferro, le quedó la autoridad para enderezar un partido torcido, que aparecía cerrado y difícil. En el primer tiempo sufrió, llegó poco, no pudo imponer condiciones, pero claro: fue el tiempo que le duró el aire a Ferro, que jugaba contra el campeón el partido de su vida. El segundo tiempo fue todo de Boca. En los goles errados -Vázquez tenía desalineada la cabeza y pifió un par de centros perfectos-, en la diferencia de jerarquía -encarnada sobre todo en Villa, que tiene las llaves de todas las puertas- y hasta en el quedo final que sirvió para exhibir a ese Rossi invulnerable made in Copa Argentina.

¿Faltó juego? Sí. ¿Se sintieron las ausencias? También: Advíncula, Rojo, Romero, Salvio, Benedetto es medio equipo de campo. Los reemplazantes son buenos, pero les falta el rodaje en compañía. No se trata sólo de tirar jugadores a la cancha, y la prueba viva de esto es el PSG. También pasa en la Copa Argentina que, así como el de abajo se esmera el doble por la posibilidad histórica, el de arriba tal vez no pone todo el nervio. Inconscientemente se relaja, que no es lo mismo que subestimar pero se le parece bastante.

Lo mejor se dio en el final. Ver al capitán Izquierdoz hablando a corazón abierto, contando emocionado las sensaciones que produce Boca en su simbiosis con la gente, es realmente destacable. Sobre todo porque es capaz de sintetizar todo en una frase: «Que esta magia no se termine nunca»,dijo, tras la locura que se vivió en La Rioja. Sin caerles otra vez a Rojo y a Benedetto, una recomendación: mírenlo al Cali si quieren ver qué se necesita para ser líder. Adentro y afuera.

Estuvo bueno jugar con Ferro, un equipo al que se extraña en Primera. La escenografía recordaba los viejos Boca-Ferro de hace un cuarto de siglo: tres cuartos de cancha repletos y una tribuna semivacía, con un grupito verde en el medio. Ese Ferro que alguna vez peleó mano a mano con Boca los torneos, ahora lucha por volver y ojalá se le dé pronto. Mientras tanto, Boca gana, cumple y sigue. Merecimientos al margen. Ojo: esta vez mereció ganar, fue más que Ferro por más que no haya mostrado todo su potencial. Los campeones son así. No piden permiso para ganar. Simplemente ganan.  

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