Las intensas lluvias torrenciales del fin de semana provocaron el desbordamiento del río Guadalupe, una catástrofe que dejó decenas de fallecidos y otros tantos que aún no aparecen; muchos son niños y niñas de campamentos de verano.
El estado de Texas se encuentra sumido en la tragedia tras las inundaciones repentinas que azotaron la región durante el fin de semana festivo del 4 de julio. El desastre natural provocó al menos 82 muertos y un número incierto de desaparecidos, entre los que hay niños y niñas que se encontraban en campamentos de verano.
La zona más afectada es el área del río Guadalupe, cerca de San Antonio, donde se concentran las labores de búsqueda y rescate. Las intensas lluvias, que alcanzaron los 30 centímetros en pocas horas, sorprendieron a los residentes en la madrugada del viernes.
El Servicio Meteorológico Nacional había emitido una alerta de inundación el jueves al mediodía, pero la magnitud de la tormenta superó las previsiones. Alrededor de las 4 de la mañana se emitió una alerta urgente, para advertir sobre posibles daños catastróficos y una grave amenaza para la vida humana.
Entre las víctimas identificadas se encuentran un director de campamento de 68 años, un estudiante de primaria de Alabama que estaba de vacaciones de verano y una abuela que había sido reportada como desaparecida camino al trabajo.
Los equipos de rescate continúan la búsqueda de los desaparecidos, pero deben enfrentar terrenos difíciles, aguas altas y la presencia de serpientes venenosas.
El gobernador Abbott advirtió que nuevas rondas de fuertes lluvias, que se prolongarían hasta el martes, podrían provocar inundaciones potencialmente mortales, especialmente en zonas ya saturadas. Durante una conferencia de prensa en Austin, las alertas de emergencia se activaron en los teléfonos móviles del condado de Kerr, advirtiendo de una “alta probabilidad de inundación del río”.
El domingo por la mañana, se permitió a las familias recorrer el Camp Mystic. Una niña fue vista saliendo de un edificio con una gran campana. Un hombre, cuya hija fue rescatada de una cabaña en la parte más alta del campamento, caminó por la orilla del río, buscando entre los árboles y bajo las rocas.
El coronel Freeman Martin, del Departamento de Seguridad Pública de Texas, advirtió que “el número de muertos seguramente aumentará en los próximos días”.
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