En una sesión donde se debía debatir la futura expulsión o no del concejal Gerardo Herrera Gómez, denunciado por violencia de género, oficialismo y oposición se acusaron de «oportunistas», desvirtuando la discusión y se levantó dicha sesión.

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El Concejo Deliberante capitalino hace años que viene siendo un lugar donde la función primordial que es generar ordenanzas que beneficien a los capitalinos está lejos de practicarse.

Es más que nada un cuerpo que se aboca a discusiones políticas extremas y este miércoles volvió a dejar una imágen lamentable ante la sociedad.

Es que se debía debatir si se avanza o no con el juicio político contra el edil Gerardo Herrera Gómez, denunciado por su ex pareja por violencia de género, que incluye incluso acusaciones de pérdida de un embarazo por estos hechos.

Cuando todos esperaban una discusión con altura respecto de la perspectiva de género, desde ambos lados, donde el oficialista Juntos por el Cambio reclamaba su expulsión y desde el PJ sostenían que hay que esperar la investigación de la justicia para actuar, se abocaron a realizarse graves acusaciones basadas en la conveniencia o no de cada bloque de que sea o no expulsado el denunciado.

A ello se suma que muchas de las alocuciones de un lado y del otro por parte de los ediles dejaron mucho que desear, con un nivel de vocabulario digno de un primer grado, donde habla a las claras de que la ciudadanía capitalina deberá poner más énfasis en la calidad de sus representantes en el cuerpo.

El resultado en este contexto era previsible. Se cayó la sesión en medio de gritos, acusaciones y la irrupción de sectores feministas que exigen la expulsión del concejal.

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