Se trata del enfermero Claudio González, quien relató tras recuperarse que durante su proceso de aislamiento recibió amenazas él y su familia al punto que debió poner seguridad en su vivienda y hoy es asistido por un psicólogo.
Claudio González es un enfermero de una clínica riojana privada que se contagió de COVID-19 en su trabajo mientras cumplía con sus obligaciones laborales.
Pero sumado a la mala noticia que recibió el 22 de abril de que estaba infectado comenzó un calvario el día que se comenzó a divulgar que había dado positivo y estaba cumpliendo el aislamiento en un hotel capitalino lejos de su familia.
Es que sostuvo que durante ese periodo tanto el como su familia comenzaron a recibir amenazas. Ahora, tras recibir el alta y estar recuperado, relata que “estoy tratando de incorporarme y disfrutar de mi familia, la pasé mal durante el aislamiento”, y reconoció que actualmente recibe asistencia psicológicas.
“Recibí llamadas de número privados amenazando a mi familia, juzgándome porque seguí trabajando teniendo COVID-19. Pero yo nunca supe que lo tenía” relató en diálogo con Radio Fénix.
En esa línea Gónzalez sostuvo que le decían “que iban a tomar represalias contra mi familia, con mis hijos y yo no podía hacer nada porque estaba islado, y mi esposa con mis hijos completamente solos”.
Fueron tantas las amenazas que recibió el enfermero que comentó que debieron poner a una persona para que proteja a su familia y vigile su casa.
Por último, el enfermero reflexionó que “no es fácil ser positivos con la sociedad que juzga tanto, pero tengo que retomar mi vida y volver a trabajar”.
El caso de Claudio González es uno de los tantos COVID-19 positivo que sufrieron amenazas o escraches en todo el país, como por ejemplo en Córdoba que vecinos amenazaron a una familia con incendiarles la casa en actos que incluso terminaron con denuncias judiciales.
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