En unas semanas el cura dejará la cúpula de la Iglesia riojana para cumplir su nueva función de Arzobispo en Mendoza. En su carta de despedida a la comunidad de nuestra provincia les pide que «sientan el calor de mi corazón que los abraza y les dice cuánto los quiero y cuanto he aprendido de ustedes».
Textual, la carta de despedida de Marcelo Colombo:
Mis queridos riojanos,
Con esas palabras pascuales, Jesús nos envía a anunciarlo a todos los hombres. Para nosotros los sacerdotes es parte de nuestra vida y misión en forma permanente. Así lo entendí cuando dejé hace algunos años la diócesis de Quilmes para trasladarme a Orán donde serví como obispo hasta que el papa Francisco me encomendara venir a La Rioja en julio de 2013.
Ahora me toca emprender la marcha una vez más. En estos días el Santo Padre me ha designado obispo de Mendoza; en las próximas semanas asumiré esa nueva misión en nombre de Cristo, el buen Pastor. Resuena con vigor para mí más que nunca, como consuelo esperanzador, aquella consigna luminosa del querido Mons. Angelelli: “Hay que seguir andando nomás.”
Agradezco a las familias riojanas que me abrieron las puertas de sus vidas, y a los sacerdotes, religiosas, seminaristas, candidatos al diaconado permanente y animadores de las distintas áreas pastorales de la Diócesis por haber colaborado con mi ministerio. Trabajando en comunión, con creatividad y pasión evangélica, hemos podido ir construyendo lindas experiencias en Pastoral Juvenil, Pastoral Vocacional, Catequesis, Pastoral Social, Cáritas y Pastoral de Adicciones.
El camino formativo del Preseminario “Cura Brochero” y la Escuela de Diaconado “Wenceslao Pedernera” nos iniciaron en la responsabilidad común de forjar a los futuros pastores y servidores del Pueblo de Dios. Esto me llena de esperanza. Los próximos años le traerán a La Rioja, con la ayuda del Señor, una cosecha fecunda.
Seguramente en los próximos días podremos saludarnos personalmente. Mientras, sientan el calor de mi corazón que los abraza y les dice cuánto los quiero, cuánto he aprendido de Uds. de su fraternidad y alegría, de su religiosidad fervorosa y de su lucha cotidiana por la dignidad.
Los saludo y bendigo en nombre de Jesús, nuestro Niño Alcalde.
La Rioja, 22 de mayo de 2018.-
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