El titular de ARCO – Acción Ciudadana, Emanuel Akiki dijo que no se protege al consumidor ante las constantes subas de precios. «El problema es el estado de orfandad de la gente, las autoridades de aplicación no protegen al consumidor, solo actúan ante la queja», indicó.

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En el marco del Día Mundial de los Derechos del Consumidor, el titular de ARCO – Acción Ciudadana, Emanuel Akiki se refirió a la situación de los consumidores en la Argentina y en particular en La Rioja. «Es preocupante la situación del consumidor. Hay aumentos desmedidos por doquier. Hoy el consumidor no llega a cubrir sus necesidades básicas», señaló.

Akiki habló del reciente aumento de los combustibles y lamentó el impacto negativo que ese incremento tendrá sobre los bolsillos de la población. «Los combustibles aumentaron una cifra sideral y eso tiene un efecto directo, real y rápido sobre todo nuestro consumo en general. Impacta en los servicios, en los bienes», dijo.

Para Akiki, uno de los efectos más nocivos que dejan los aumentos de precios «es la excesiva especulación». «Apenas se supo de la suba de la naftas ya los supermercados empezaron a restringir la compra de artículos básicos como el azúcar y el aceite», se lamentó.

Ante este escenario, el titular de ARCO sostuvo que existen las normas protectoras hacia el consumidor pero que no se aplican sino luego de la queja de los consumidores. «Las normas protectoras existen, tenemos herramientas legales que equilibran la balanza de consumo día a día. El problema que tenemos es el estado de orfandad que existe de autoridades de aplicación. Esas autoridades solo reaccionan a la queja del consumidor en general. No cumplen el rol que es dar a soluciones al consumidor y de proteger», aseguró.

Akiki dijo que en la Argentina «hace años que aplicamos una economía de guerra en nuestros hogares». «Por estas situaciones han cambiado los hábitos de consumo. La gente ya no consume por kilos sino por unidad y estos cambios en el consumo se modifican en base al ingreso que tienen las personas», opinó.

«Cada vez están más estrangulados los magros salarios de los consumidores y así no hay aumento salarial que valga. Y esto impide que la gente pueda tener una vida digna sino que se limitan a tener una vida austera. A mi lo que más me preocupa es que este tema no esté en la agenda de ninguna autoridad de turno», completó.

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