Mario González (CARPA) dijo que la recesión económica y la retracción del consumo golpean fuerte al sector. «Para que no caigan tanto las ventas las bodegas trabajan por debajo de los costos de producción. Algunas pueden aguantar, otras no», alertó.
El sector vitivinícola riojano -y también del país- vive una profunda crisis producto de la recesión económica que vive el país y la retracción del consumo.
En ese marco, desde la Cámara Riojana de Productores Agropecuarios (CARPA) alertaron sobre el difícil presente del sector debido a la caída de las ventas.
«Hoy nuestro sector vive un momento muy complicado. El de los vinos es uno de los sectores que primero sufre cada vez que hay recesión económica y pérdida de poder adquisitivo porque el vino no es un producto de necesidad básica y es de lo que primero la gente corta cuando no le alcanza la plata», se lamentó el titular de CARPA, Mario González.
El empresario sostuvo que actualmente las bodegas que trabajan a pérdida para seguir sosteniendo las ventas. «Cae el consumo, caen las ventas y para que no caigan tanto las bodegas están trabajando a pérdida, por debajo de los costos de producción. Algunas pueden aguantar, otras no. Es una ecuación difícil y esperemos que pronto se pueda revertir esta situación porque al sector le pega muy fuerte», afirmó.
González sostuvo que uno de los problemas más importantes que sufre el sector, además de la retracción del consumo, es la carga impositiva que deben afrontar las bodegas. «El problema son los costos internos que tenemos, es mucho más influyente la carga impositiva y la carga logística. Eso es más determinante que el precio del dólar», indicó.
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