Javier Milei presentó su hoja de ruta económica para 2025. El Presidente plasmó los detalles de su proyecto de ley para el Presupuesto 2025 con un anclaje absoluto –”piedra basal”, dijo– en el mantenimiento del superávit fiscal, lo que define con una férrea política de “déficit cero”.
Se trata del eje central de su política económica hasta el momento, junto al proceso de desinflación que está generando algunos interrogantes luego del último “4×4″, o cuatro meses con el índice en torno al 4 por ciento.
“El equilibrio fiscal se volvió un compromiso inquebrantable de esta gestión, al punto que se alcanzó en el primer mes de gestión, lo que constituye un hito histórico”, enfatizó otra vez el Gobierno.
El proyecto define qué espera esta administración en términos de dólar, crecimiento del PBI y suba de la inflación para el segundo año de su gestión, entre otras muchas variables; todo para un período en que se evidenciarán las tensiones por las elecciones de medio término.
“Soy economista. El primer Presidente economista de la historia, para ser más preciso. Y como soy economista, probablemente por deformación profesional, para mí el destino de un pueblo se juega en las definiciones económicas que toma. Porque solo sobre la base de una economía sana las personas pueden ejercer verdaderamente su libertad”, destacó el mandatario esa noche en el Congreso cuando explicó, de entrada, por qué decidió él, en persona, presentar un “proyecto diametralmente opuesto a lo que nos tienen acostumbrados”. Una verdadera puesta en escena única en la que dio detalles de la mencionada hoja de ruta en cadena nacional y ante (algunos) diputados de la Nación.
Milei aseguró que este Presupuesto le pondrá un “cepo al Estado”.
Vale aclarar que el proyecto de Presupuesto debe presentarse por ley el 15 de septiembre y se hacía, al menos hasta ahora, con un mero acto administrativo despojado de grandilocuencia: el sellado con fecha y hora de la Mesa de Entradas del Congreso. Luego, el ministro de Economía y sus secretarios iban a la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Congreso a “defender” sus proyecciones y responder preguntas de los legisladores nacionales. Ahí estarán en las próximas semanas, seguramente, Luis Caputo y su equipo.
No está demás aclarar tampoco –por si a esta altura hiciera falta– que ninguno de los presupuestos de los últimos años cumplió las metas planteadas, sobre todo las de inflación, dólar y PBI. Es más, la mayoría las incumplió por lejos. El proyecto 2023, por caso, tenía una previsión de inflación de 60%: fue más de tres veces esa cifra.
Resta saber qué pasará con el nuevo esquema de reaseguro fiscal que anunció el Presidente y que parece ser la nueva columna vertebral de su plan, ahora plasmada en el Presupuesto.
NÚMEROS DEL PRESUPUESTO
De acuerdo al texto preparado por el gobierno nacional, el presupuesto se proyecta “levemente superavitario” en términos del PBI, con un resultado primario que alcanzaría 1,3%.
En 2024, el gobierno considera que sería positivo en un 1,5% del PBI.
En cuanto al sector público nacional, se prevé un resultado financiero superavitario de $190.655 millones, con recursos totales de $125.936.982 millones (el 16,5% del PBI, una baja de 0,2 puntos del PBI respecto a 2024) y gastos totales de $125.744.647 millones (16,5% del PBI).
Según se desprende de estos números, los gastos totales serán inferiores a los estimados para 2024 (-0,2 puntos del PBI).
En cuanto al Producto Bruto Interno, se proyecta una suba del 5% para 2025 y que siga con un crecimiento sostenido del 5% en 2026 y del 5,5% en 2027.
La suba estará impulsada por la industria y el comercio, con subas de 6,2% y 6,7%, respectivamente.
El Gobierno, en tanto, proyecta un dólar oficial a $1207 en diciembre de 2025, lo que representa una suba del 18,3%, mientras que espera que en 2024 cierre a $1019,9.
La administración nacional también confía en que la inflación seguirá en descenso y llegará en 2025 a un 18,3% interanual.
Este año, según el proyecto de presupuesto, la suba de precios llegará al 104,4%, unos 20 puntos por debajo de lo que espera el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central.
Para llegar a ese número de inflación a fin de año, tendría que subir solo 4,97% dividido en los 4 meses que restan.
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