Inicia una semana clave para definir qué pasará en la interna del PJ nacional. El enojo de Quintela con Cristina y el factor Axel. Las fechas claves del proceso y un debate necesario en el PJ, pero que al mismo tiempo parece lejano a problemas de la sociedad.
Desde el comienzo de la gestión de Ricardo Quintela comenzó un proceso para intentar posicionarlo a nivel nacional. De hecho, en plena pandemia era bastante habitual que las medidas sanitarias que se tomaban se buscara comunicarlas a nivel país como de avanzada.
Luego llegó el tiempo de numerosas entrevistas en medios de comunicación de alcance federal y finalmente un profundo enfrentamiento con el Gobierno del presidente Javier Milei. Una pelea con la “Casa Rosada” como nunca había protagonizado ningún mandatario riojano desde el retorno de la democracia.
En ese marco, su postulación a la presidencia del Partido Justicialista nacional corona esa estrategia y deja a Quintela en una liga de dirigentes nacionales a la que no pertenecía hasta hace unos años. Pero en ese recorrido surgió una rival inesperada: Cristina Fernández.
Más allá del paso de comedia que se generó alrededor del mensaje para que Quintela llame a la ex mandataria nacional, la clavada de visto y el horario del pedido de comunicación, al Gobernador riojano le cayó especialmente mal la forma del lanzamiento de Cristina Fernández y del “operativo clamor”.
“El único dirigente postulado era Quintela y ella anuncia su candidatura pidiendo unidad en el peronismo pero sin avisarle primero a él. Fue un destrato innecesario, especialmente porque Quintela había sido siempre muy cuidadoso en el trato con ella. Quintela le tiene mucho respeto y afecto, pero no fueron correctas las formas que ella tuvo”, remarcan desde la “Casa de las Tejas” riojanas.
Inclusive el propio Gobernador riojano lo dijo en varias entrevistas públicas. La última vez el viernes en “Futurock”: “Esta situación para nosotros también es nueva, nosotros no teníamos en el radar que Cristina se iba a presentar. Cuando yo hablé con ella, con Axel y con Lucía Corpacci nadie tenía intenciones de presentarse y el peronismo estaba dormido y yo salí a convocar a los compañeros”.
En este proceso adquiere un rol particularmente importante el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, de quien no está claro la distancia que mantiene con el “Instituto Patria” o si su enojo es solamente con el diputado nacional Máximo Kirchner.
Hasta el momento el bonaerense venía respaldando a Quintela y tomando cada vez mayor distancia de Máximo y “La Cámpora”. Sin embargo, nunca había enfrentado explícitamente a la ex presidenta.
“Cristina anuncia que quiere presidir el PJ y varios días después Axel sigue sin decir nada, es una señal inequívoca de lo que está pasando”, se ilusionaba esta semana uno de los quintelistas que pasa más tiempo en otras provincias que en La Rioja en el marco de la campaña nacional.
La apuesta de Quintela se encuentra bastante pegada al futuro de su par de la provincia más poblada del país. Sin el respaldo explícito o implícito de Axel cuesta pensar en la postulación del riojano, pero con el silencio del bonaerense está dejando correr mucha agua debajo del puente.
En el peronismo riojano creen que Quintela hoy logra capitalizar no solamente lo que su propia figura genera, sino especialmente el enojo de muchos intendentes bonaerenses y gobernadores que “están molestos con las maneras y el absolutismo que el kirchnerismo” viene expresando.
El periodista Gabriel Sued –que habitualmente tiene buena información sobre lo que piensan hacer en La Plata- publicó en Cenital el sábado: “Cerca de Kicillof hablan de buscar una salida por arriba, que incluya al resto de los gobernadores del PJ, Sergio Ziliotto (La Pampa), Gildo Insfrán (Formosa) y el propio Quintela. El silencio de los mandatarios es, interpretan operadores que hablan con todos los espacios, un gesto de solidaridad con el riojano, para que acuerde su rendición en mejores términos. ´No podemos tirar a Quintela por la ventana. Cristina lo dejó caminar y faltando dos semanas le hacen esto´, dice un funcionario de Kicillof. Un pronunciamiento conjunto de los gobernadores podría ser también un salvoconducto para que el bonaerense pueda escapar de la disyuntiva que lo atraviesa, el dilema entre la traición o el sometimiento, o, para decirlo en términos menos dramáticos, para que encuentre un punto intermedio entre el desafío abierto y la adhesión incondicional”.
Si se piensa que el candidato a presidente del peronismo en 2015 fue Daniel Scioli y hoy es un férreo funcionario libertario o si se analiza cómo terminó la caótica interna del “Frente de Todos” que gobernó entre 2019 y 2023, no hay dudas que el peronismo se debe un fuerte debate interno. ¿Qué quiere ser? ¿A quién pretende representar? ¿Y qué nombres deben representar esos intereses?
Lo que genera muchas dudas es el momento elegido.
En un país atravesado por una feroz recesión, con una sociedad que no reacciona ante un ajuste que lo están pagando centralmente los jubilados, las universidades, los trabajadores y claramente no la casta.
Sin ir más lejos, en la Provincia de La Rioja hace siete semanas que estamos enfrentando un paro docente que tiene paralizado al sistema educativo y ver al Gobernador disputando una interna nacional aparece como un debate que termina cayendo mal en amplios sectores de la sociedad riojana.
En este camino hay un par de fechas que son claves para una semana que será intensa.
Nada más y nada menos que el 17 de octubre el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, realizará un acto en la ciudad de Berisso. ¿Quiénes estarán en esa foto? ¿Qué lealtades quedarán expresadas en ese encuentro? Ese evento tendrá un especial impacto porque ocurrirá apenas 48 horas antes del cierre de listas previsto para el 19 de octubre.
Si el cierre de postulaciones fuera este domingo habría elecciones porque dos serían los contendientes y los afiliados del peronismo serían convocados a las urnas.
Sin embargo, hay tiempo para varias roscas más y en el medio está la interna peronista, un ecosistema en el que nunca nada está dicho y en donde los micro climas pesan de una manera diferente a lo que ocurre en las calles del país.
El propio Quintela aseguró el viernes pasado: “El lunes voy a hablar por teléfono con ella para ver cuándo nos podemos juntar”. Al mismo tiempo que confirmó su postulación a la presidencia del Partido Justicialista.
¿Todos unidos como pide la marcha? ¿Peleándose para reproducirse como afirma el dicho popular? ¿O enfrascados en una interna innecesaria?
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