El congelamiento que sufren, hasta el momento, las tasas de interés que pagan los plazos fijos tradicionales, en un escenario en el que la inflación tocó el mes pasado el nivel más alto del año, encendió las alarmas de los ahorristas.
Sobre todo porque en todo el año estas colocaciones pierden frente a la «realidad» económica.
La dinámica inflacionaria, con el IPC de marzo en 4,8%, no sólo refleja la inercia de los precios al alza y la pérdida del poder adquisitivo del peso, sino el posible pasaje de la inflación al tipo de cambio libre desde los dólares financieros. Un hecho que pone en alerta a todo tipo de inversores.
En este contexto, nuevamente vuelve a ganar terreno el debate en torno a la disyuntiva de tasas versus inflación, y cuáles son los costos y beneficios que tendría en Gobierno en caso de optar por ofrecerle un mejor rendimiento a aquellos que colocan sus pesos a plazo fijo a 30 o más días.
Al respecto, el sitio especializado en economía iProfesional consultó a economistas para conocer su postura frente al panorama actual, en que la renta de una colocación tradicional ofrece 37% al año, mientras que las proyecciones para la inflación para el mismo período ya llegan a tocar el 50%.
De hecho, en el primer trimestre, lo plazos fijos ofrecieron alrededor del 10% de renta, pero los precios acumularon en ese tiempo un incremento de 13%.
Desde el punto de vista macroeconómico, «subir tasas casi se está volviendo algo que, obviamente, es recomendable desde varios puntos de vista», dice el economista Roberto Geretto, portfolio manager de Fundcorp.
Por un lado, este experto sostiene que uno de los beneficios es que «ayuda al Tesoro a rollear (renovar)todos los vencimientos de deuda en pesos».
Un hecho que tuvo trascendencia y se reflejó días atrás, ya que el Gobierno no logró renovar la mitad de deuda que intentaba colocar en Letras del Tesoro en pesos.
Es decir, sólo pudo obtener renovaciones por casi $38.000 millones, cuando debía afrontar vencimientos por $74.000 millones.
«Por lo tanto, muy probablemente el Banco Central deba asistir al Tesoro. Así, dado el contexto de alta inflación, agregar una nueva fuente de emisión monetaria no es para nada aconsejable», detalla Geretto.
Adicionalmente, agrega que una suba de tasas ayudaría a contener la brecha cambiaria y mejoraría la liquidación del campo en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), «al aumentar el incentivo a posicionarse en activos en pesos».
Por último, y junto con todo lo anterior, este economista destaca que un alza en los rendimientos bancarios ayuda a bajar la alta inflación.
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