Empresarios de distintos sectores productivos se mostraron optimistas respecto del curso de la economía y de los cambios aplicados en la gestión del presidente Mauricio Macri, pese a reconocer las dificultades atravesadas en el último año en especial con el tipo de cambio, las tasas y la inflación.
«Es un momento de incertidumbre política«, admitió el presidente y se quejó de que hay «muchos escépticos que tienen argumentos de sobra para decir que la Argentina no tiene arreglo».
Sobre la situación general de la Argentina, remarcó que «77 de los últimos 100 años se tuvo déficit fiscal, la inflación promedio de los últimos 80 años, sacando las hiperinflaciones, fue 62,6%, y uno de cada tres se tuvo recesión y ocho defaults, el último, el más grande de la historia de la humanidad».
«A cada una de esas crisis y problemas utilizamos siempre las mismas recetas: tipo de cambio fijo, la convertibilidad que al tener que salir trajo la mayor destrucción de empleo, control de precios, atraso de tarifas, cepos, el último entre 2011 y 2015 un suicidio económico. Destruimos 32% de las exportaciones en cuatro años», sostuvo.
Y volvió a ratificar el rumbo del Gobierno al precisar: «Creo que en esta madurez y decisión de cambio hemos decidido que en el pasado no existe la solución a los problemas. Es la primera vez en décadas que entramos a una crisis con un conjunto de reglas y estamos empezando a salir habiendo respetado las reglas«.
El aval de los empresarios
En el clima relajado que propuso ayer por la noche la décimosexta cena anual del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), los empresarios que asistieron se mostraron confiados en la continuidad de las políticas dispuestas, al tiempo que coincidieron en que se debe avanzar en una reforma tributaria y laboral, entre otras.
Claudio Cesario, de presidente de la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA), destacó el alto nivel de depósitos que hoy tiene el sistema financiero y minimizó el riesgo de dolarización de carteras ante una eventual incertidumbre electoral.
Dardo Chiesa, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, CRA, apuntó que si bien el sector agropecuario se ha mostrado defraudado con algunos aspectos de la gestión económica, el Gobierno hizo un trabajo institucional fuerte y el sector no desea el regreso de políticas del pasado.
Por su parte, Cristiano Rattazzi, presidente de Fiat Argentina, subrayó la «transformación notable» alcanzada en materia institucional aunque reconoció que lo que más le preocupa en materia económica es la inflación«porque es lo que más afecta a la gente de bajos recursos».
El empresario destacó el manejo que «se está haciendo de los agregados monetarios, el manejo de la cuestión fiscal» y abogó por un dólar libre y flotante.
Daniel Funes de Rioja, presidente de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios, Copal, calificó al escenario como «complejo pero posible. La situación es compleja pero hay que encontrar las ventanas que permitan avanzar«, dijo, al tiempo que ejemplificó con los préstamos lanzados para el sector pyme como una llave para abrir posibilidades.
«Veo alguna recuperación para algunos sectores», dijo Martín Cabrales presidente de Café Cabrales. «Lo que además ha sucedido es que han cambiado totalmente los hábitos de consumo», dijo y reiteró que advierte una mejora de la economía hacia adelante.
Sebastián Bagó (hijo), del laboratorio Bagó, apuntó en la necesidad de avanzar en el camino trazado y señaló que para ello trabaja junto a un grupo de jóvenes empresarios en aportar propuestas para completar la tarea iniciada por el gobierno de Mauricio Macri.
Miguel Acevedo, presidente de la Unión Industrial Argentina, dijo que larelación entre la UIA y el gobierno de Mauricio Macri «es la correcta». «No tenemos tantas disidencias en la cuestión de fondo», dijo. «El problema es cómo se arregla eso», agregó.
La cena de Cippec reunió esta noche a unas 1.300 personalidades de la política, de las empresas, referentes sindicales y sociales.
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