En los últimos dos censos nacionales la ciudad de La Rioja aumentó su población por encima del promedio del país. La llegada de Uber, de algunas cadenas nacionales de comida y el tránsito exponen nuevamente la importancia del rol del Estado. Los antecedentes negativos de crecer de manera no regulada.
Los últimos censos nacionales tuvieron una coincidencia: La Rioja creció poblacionalmente por encima del promedio del país.
En 1991 la ciudad de La Rioja tenía 103.00 habitantes, en 2001 llegó a 143.000 personas y en 2010 a 178.00 capitalinos, siempre tomando como referencia la información del INDEC. Mientras que el último censo determinó la existencia de 212.00 habitantes. Es decir, en 30 años la población creció un 105%.
Esa cifra se puede constatar solamente con pensar en la cantidad de barrios, de vehículos y hasta de gente que uno observa a diario al recorrer las calles de la ciudad y compararlo con la realidad de hace un par de décadas.
El tema también preocupa a nivel global y las Naciones Unidas vienen advirtiendo sobre el riesgo de crecimientos no sustentables en los cascos urbanos.
El último informe del organismo internacional precisó que: «En 2020 se calculó que el 56% de la población mundial vivía en zonas urbanas. Para 2030 se espera que la proporción de la población mundial que vive en zonas urbanas alcance el 60%. En 2050 aproximadamente dos tercios de la población mundial podrían vivir en zonas urbanas, frente a aproximadamente un tercio en 1950».
En las últimas semanas varias noticias señalan en términos económicos el crecimiento de la población riojana. Dos cadenas nacionales de comida rápida se instalaron en la ciudad, mientras que una tercera ya dijo que incluyó a La Rioja en sus próximos objetivos comerciales.
Y sin dudas que la llegada de Uber es el tema más reciente y que más polémica va generar.
“Al sector no le cae nada bien, no estamos de acuerdo como pasó en todo el país y en el mundo, inclusive hay resoluciones en donde un juez declaró ilegal Uber. Veremos qué pasos vamos a seguir. El transporte de pasajeros en la ciudad Capital está regulado por ordenanzas y tendremos que ver cómo se resuelve el tema de la llegada de Uber”, dijo esta semana en “Riojavirtual Radio” el referente de los remiseros Juan Carlos De Leonardi.
Sin embargo, al revisar las redes sociales se observa que mayoritariamente los riojanos parecen estar de acuerdo con la llegada de este nuevo servicio de transporte que se contrata mediante plataforma digital, cuestionando principalmente la falta de taxis y remises que se vive en la actualidad y el precio que cobran.
No se puede negar que después de la pandemia hay un serio problema con el servicio de taxis y remises, que tiene una deficiencia en la cantidad de unidades disponibles, especialmente en las noches. Entonces, Uber aparece como una empresa que tiene ventajas de precios y de acceso al servicio de manera virtual, pero al mismo tiempo expone la pregunta sobre si el mercado presenta condiciones para incorporar más competidores.
¿Qué pasará con los taxistas y remiseros si Uber se come el mercado? ¿Quién regulará el funcionamiento y las condiciones de seguridad de este nuevo servicio en la ciudad? ¿El nivel de precarización laboral se profundizará en el sector o habrá nuevas opciones laborales registradas?
La ciudad de La Rioja ya conoce lo que es crecer sin previsiones. Y en ese sentido, se pueden mencionar dos ejemplos concretos: el tránsito y los barrios en la zona Sur.
En el caso del tránsito, el incremento de vehículos no estuvo acompañado de ningún tipo de estrategia que permitiera aliviar la situación especialmente en el centro de la ciudad. Y en ese aspecto, todos los capitalinos tienen claro lo que significa ingresar en el caos que se provoca dentro de las cuatro avenidas de manera habitual. Eso sin mencionar que todo este problema se profundizó con las obras de remodelación que se están concretando desde hace más de un año.
Mientras que en el caso del Sur, se llegó al absurdo que en el marco de la eterna pelea entre la Provincia y el municipio, en algunos momentos de la década pasada se inauguraban barrios sin que la comuna estuviera al tanto. Con lo cual el acceso a los servicios públicos de las barriadas no estaba planificado. Algo que hoy sufren muchos vecinos de esa parte de la ciudad.
Obviamente que en medio de un proceso electoral que está definiendo el futuro del país y en donde las propuestas electorales son tan antagónicas (que incluyen hasta la discusión sobre la eliminación o no de nuestra moneda nacional), este texto puede parecer abstracto o lejano, pero es algo urgente.
En estos tiempos de tanta discusión sobre el rol del Estado en la sociedad, es clave poner en agenda estos temas, porque la ciudad está creciendo y puede hacerlo de manera coordinada o no, regulada o no. ¿Quién va a coordinar este proceso de crecimiento para que sea lo menos caótico posible? El debate es hoy, porque las consecuencias serán a largo plazo y deberemos convivir con ellas mucho tiempo.
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