La cumbre está prevista para este jueves en Capital Federal. Los mandatarios peronistas blindarán sus quejas con una foto de peso en la antesala de las PASO del 13-A. El objetivo: que Nación tenga una distribución equitativa de los recursos y que no sigan privilegios a gobernadores PRO. También se desmarcarán de CFK.
Vencer a Macri pero no quedar atados a Cristina. La mala hora -pronunciada y persistente- del Gobierno y la economía, y, como efecto rebote, el repunte de Cristina de Kirchner son los pilares de un intríngulis político que inquieta a los gobernadores peronistas.
Por ello este jueves los caciques del PJ enemistados con la ex presidente se reunirán en Capital -en principio en la casa de Entre Ríos- para emitir un mensaje doble: habrá críticas intensas contra Mauricio Macri pero distancia y frialdad con Cristina.
Un expediente áspero apuró la cumbre y sirvió de excusa razonable: el reclamo que María Eugenia Vidal hizo en la Justicia para que le autoricen 50 mil millones anuales del Fondo del Conurbano avanza y la Corte pidió “opinión” a los gobiernos provinciales.
Los gobernadores tienen una posición uniforme: si habrá más fondos para Vidal, que se saquen de la parte de la torta de la Nación. “Usted pida lo que sea pero que a nosotros no nos toquen un peso”, le dijo hace un año Carlos Verna a Vidal en Córdoba.
El pampeano será, confiaron fuentes del PJ, uno de los caciques que se sumará al grupo que se juntó el 17 de mayo donde estuvieron Juan Schiaretti (Córdoba), Domingo Peppo (Chaco), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Lucía Corpacci (Catamarca), la fueguina Rosana Bertone, el riojano Sergio Casas y Juan Manzur (Tucumán).
Fuera de agenda, se apareció el vice de Santa Cruz, Pablo González, para defender la posición de Alicia Kirchner que en esos días forcejeaba con la Casa Rosada. El noveno comensal fue el misionero Hugo Passalacqua, radical asociado al PJ que lleva de candidato top a Maurice Closs que se prepara para volver a la provincia en 2019.
Para la próxima juntada, además de Verna -enérgico crítico de Macri- se espera a Sergio Uñac (San Juan) y Juan Manuel Urtubey (Salta). Los dos faltaron: uno está de viaje, el otro recién regresado del exterior. Siempre asoman tensiones de familia grande cuando se juntan los gobernadores peronistas.
La segunda cumbre de la casa de Entre Ríos se convocó, sin inocencia, 10 días antes de la PASO. Los peronistas liguistas tienen duelos personales con Cambiemos en sus provincias y todos quieren ganar. Una foto anti Macri y de “peronismo moderado”, dicen que les sirve en sus pagos.
Por eso, quieren emitir gestos públicos para desmarcarse del dispositivo K. El atajo es simple y se presume eficaz: sembrar la semilla para la conformación de bloques liguistas en el Congreso nacional. En criollo: anticipan que sus senadores no compartirán banca con Cristina.
Es un equilibrio difícil y sutil. Los gobernadores quieren mostrarse opositores a Macri pero sin quedar atados a Cristina.
Con bloques propios, el PJ liguista quiere tener una herramienta en el Congreso “no para votarle todo a Macri sino para negociar y defender la posición de las provincias, más allá de lo que haga Cristina” le dijo un cacique.
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